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CASAS COLGADAS: UNA INMENSA TOMADURA DE PELO DE JUAN ÁVILA

Juan Ávila, el mismo que puso un lazo de 500.000 euros a las Casas Colgadas de Cuenca. les puso un candado en octubre de 2013. Desde entonces, nuestras CasasColgadas, uno de nuestros emblemas turísticos, siguen cerradas.
Juan Ávila quiso adjudicar el Mesón a un restaurador de fama con el que poder hacerse una foto. Elaboró el pliego de condiciones para que todo estuviera orientado hacia quien resultó el adjudicatario. La idea no era mala: que el Mesón estuviera regentado por una estrella Michelín. Pero el hombre - en este caso el ayuntamiento socialista- es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.
El 29 de octubre de 2013, Juan Ávila y De la Ossa firman el contrato de Casas Colgadas:

Los días y los meses fueron pasando y el Mesón seguía cerrado. Desde el Grupo Popular denunciábamos este asunto y el alcalde se inventaba obras que nunca se hicieron. LLegado un momento, el alcalde hizo que De la OSSA pidiera una licencia de obras y  le hizo colocar un ridículo cartel de obras para hacernos creer que allí se estaba haciendo algo. En medio de todo esto, hay que recordar que la empresa que resultó adjudicataria del arrendamiento, y que tenía una estrella Michelín, cedió su contrato a otra, que ya no tenía dicha estrella. O sea, que el principal motivo por el que la empresa del famoso restaurador resultó adjudicatario, que era poseer dicha estrella, desapareció por arte de birlibilloque, antes la mirada impávida del alcalde.



Pero las obras no empezaban y el Mesón seguía cerrado. Los turistas llegaban a nuestro edificio más famoso y se encontraban con la puerta cerrada. El alcalde, acorralado, se encontró con una propuesta que lanzamos desde el Grupo Popular y la hizo suya: El Museo de Arte Abstracto se ampliaría en el edificio del Mesón y se mantendría la actividad de restauración. La Fundación Juan March correría con los gastos de la ampliación. Mantuvimos una reunión conjunta y después, nunca más se supo.

La burla ha continuado porque el alcalde pretende hacernos creer que "este asunto está zanjado", pero hasta él sabe que no es así. Un contrato, aunque sea uno de arrendamiento, no "se da por resuelto" porque el alcalde así lo diga. El actual arrendatario, que no renunció a su contrato como nos quiso "vender" el alcalde, sino que presentó una denuncia por nulidad de contrato, que fue desestimada por la Junta Local de Gobierno. El gobierno municipal no ha tomado, todavía, acuerdo alguno para iniciar la resolución del contrato de arrendamiento. Si no lo hace, estará dando una baza al actual arrendatario para que pueda marcharse sin hacer frente a la deuda que tiene con el ayuntamiento. ¿Es eso lo que busca Juan Ávila?
Toda esta inmensa tomadura de pelo deja: a los ex trabajadores del Mesón en la calle y en una muy complicada situación; y a nuestro Casco, sin uno de sus principales atractivos. Además de la sensación bastante nítida de que el alcalde está intentando burlarse de todos nosotros. Quedan 78 días.

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