Siempre
he pensado que Andalucía es un régimen. Estas elecciones lo han certificado.
Los socialistas andaluces son impermeables a la corrupción y por más “ERES”
fraudulentos y por más paro que haya en esa tierra, no van a dejar de votar al
PSOE que es el sustento material y espiritual de ese régimen. Da igual que
Andalucía sea la autonomía con los peores índices de empleo y que la gestión en la educación y la sanidad sea desastrosa. Se vota para que se mantenga el régimen. Es un régimen y ya está.
En
Castilla-La Mancha hubiera ocurrido lo mismo a no ser por el liderazgo de María
Dolores de Cospedal. Aquí, en nuestra
región, los socialistas habían gobernado una y otra vez y se habían infiltrado
en todas las estructuras sociales de nuestra región. No había asociación,
colectivo, grupo o grupúsculo en el que no estuvieran metidos. Eso hacía muy
difícil acabar con el régimen y devolver la región a una senda de normalidad
democrática con la alternancia política que suele darse en cualquier sociedad
moderna.
Cospedal
fue elegida para competir por la presidencia de la Junta en las elecciones
autonómicas de 2007. No ganó pero se dedicó, desde ese momento, a fortalecer el
partido y crear una alternativa potente para las siguientes elecciones. Así
fue: en 2011, por fin, el PP con Cospedal acababa con el régimen.
Cospedal,
en términos “weberianos” vino con la “potestas” otorgada por la dirección
nacional del partido y se ganó y se gana día a día la “autoritas” que conlleva
un liderazgo fuerte y necesario para
poner fin a un régimen que arruinó a esta región y que la tenía sumida en los
últimos lugares en todos los indicadores.
Ahora
nadie, absolutamente nadie, cuestiona el liderazgo de Cospedal. Un liderazgo
que no sólo le reconocemos en el partido, sino que le reconocieron
los
castellano-manchegos en 2011 y que le volverán a reconocer el día 24 de mayo.
Si
ha sido importante el liderazgo de Cospedal para recuperar una región arrasada
y para modernizar una tierra con enormes posibilidades, lo fue de manera
decisiva para que CLM no se convirtiese en un régimen clientelar, como
desgraciadamente ocurre en Andalucía.
Hoy,
si cabe, a la luz del resultado de las elecciones en andaluzas, cuando el régimen socialista es ya pasado,se valora mucho más la importancia del
liderazgo de Cospedal para dotar de músculo de la región y encaminarla hacia el futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario