Andan los medios debatiendo, con ardor, sobre si
María Dolores de Cospedal puede o no, debe o no, compatibilizar los cargos de
Diputada, Ministra de Defensa, Secretaria General Nacional del PP y Presidenta
del PP de Castilla-La Mancha. A nadie debe caberle duda de que Cospedal
es una persona capaz y trabajadora donde las haya, pero esa no es la cuestión.
La pregunta es: ¿Estamos o no de acuerdo con que los políticos acumulen cargos?
En esas estábamos, cuando Francisco Risueño,
afiliado del Partido Popular de San Clemente y compromisario en el próximo
congreso nacional del partido, ha presentado una enmienda
relacionada con las incompatibilidades entre cargos orgánicos e
institucionales, según han informado diversos medios, entre ellos la cadena ser.
El Presidente de mi partido en Cuenca, mi
compañero Benjamín
Prieto, ha salido a la palestra a declarar que la opinión de Francisco Risueño,
que se muestra contrario a que alguien
pueda acumular cargos, no es la opinión mayoritaria en el partido.
Y digo yo: ¿Cómo puede saber Benjamín Prieto lo
que pensamos si no nos lo ha preguntado?
Dado que parece que no me preguntará lo que
pienso, lo escribiré aquí. Mi opinión sobre la acumulación de cargos coincide
prácticamente con el texto que aparecerá en los estatutos de mi partido que se
aprobarán el próximo fin de semana en la cita congresual. El texto dirá así, si
nadie lo cambia: "Con carácter general, no podrá desempeñarse más de un
cargo territorial de Presidente o Secretario General en el Partido, ni
acumularse a éste más de un cargo de representación institucional, local,
autonómica o nacional.
Yo haría una simple enmienda de supresión
del comienzo que dice: "Con carácter general".
Así, el texto quedaría: "No podrá
desempeñarse más de un cargo territorial de Presidente o Secretario General en
el Partido, ni acumularse a éste más de un cargo de representación
institucional, local, autonómica o nacional.".
Coincido pues con Risueño y aplaudo su valentía
al presentar esa enmienda. Como ocurre habitualmente la respuesta pública al “enmendante”
conquense se ha articulado desde la dirección del partido con una falacia “ad
hominen”, deslizando que lo hace por una “antigua vendetta”. Eso es mentira con
toda seguridad, pero si así fuera: ¿Invalidaría eso el argumento? ¿De ser así
habría que estar a favor de la acumulación de cargos?
Los liberales tenemos prevención ante el poder y
por eso optamos por un poder repartido, controlado, y no acumulado en unas
pocas manos.
Termino como empecé: ¿Cómo puede saber el
presidente del PP de Cuenca la opinión mayoritaria del partido si no nos ha
preguntado?
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