Lo que parecía un simple movimiento de fichas producto de la dimisión del ex concejal, Gregorio Sebastián, se ha convertido en la manifestación de un crisis profunda en el gobierno de Ávila.
¿Qué diríamos si hoy Rajoy anunciara que cesa como portavoz del Gobierno a Soraya Saenz de Santamaría para poner, qué se yo, a Wert en su lugar? Si eso pasara, hoy las portadas de los periódicos nacionales estarían llenas de análisis en los que, como denominador común, aparecería una crisis que afectaría al gobierno y al partido que lo sustenta.
Pues bien, eso es, a escala local, lo que ha pasado en nuestra impertérrita ciudad de Cuenca: el alcalde Juan Ávila ha cesado como portavoz a su primer teniente de alcalde, Darío Dolz, para colocar a una fiel concejala, Consuelo García.
Este cambio que es es el más sustancial de los que se han producido en el gobierno de la ciudad, traduce lo que era un secreto a voces: las discrepancias entre el alcalde y su partido, y por tanto, la tensión existente entre el alcalde, y los que representan al aparato provincial del PSOE en Cuenca.
¿Y qué significado político pueden tener estos movimientos? Desde mi punto de vista, varios:
1. El PSOE de Guijarro y Sahuquillo prefieren reservar a Darío, que estaba siendo la cara visible de la desastrosa gestión de Ávila. Dando un paso atrás antes de que la catástrofe sea mayor, puede ser una bala en la cartuchera de los socialistas conquenses.
2. Ávila no se fía del protagonismo de Darío y prefiere que los focos se sitúen sobre una concejal más fiable para él.
3. Ávila da un golpe encima de la mesa para que el PSOE provincial sepa que él es el que manda.
Animo a los lectores a que apuesten por alguna de las tres posibilidades o que añadan alguna más.
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