Con la llegada de septiembre comienza un nuevo reto para mí. Un nuevo objetivo que, seguramente, abrirá otro si logró superarlo. Un reto apasionante y nada fácil.
El nuevo reto que se me abre va a requerir un gran esfuerzo, tenacidad, capacidad de superación y no pocas dosis de inteligencia. Día a día, semana a semana habrá que ir superando pasos con el fin de llegar a la meta.
Es un reto al que algunos aspiran pero que no todos consiguen, un reto ansiado para el que transita un tiempo por este mundo, pero que deja a algunos tirados por el camino.
Para este reto no estoy solo, voy acompañado, porque siempre los caminos con dificultades se transitan mejor junto a otros. Para este reto me dejaré aconsejar por los que tienen experiencia, por los que ya lo han vivido, por los que ya sufrieron para conseguirlo, y también por los que lo intentaron pero no pudieron. Y también tendré al lado a los que de esto saben, a los que tienen la ciencia, a los que ya han aconsejado a muchos y conocen los posibles problemas y los errores más comunes.
Hay quienes me dicen que estoy loco, que no se me ocurra ni intentarlo, que es un reto que no conseguiré. Y hay quienes me animan a intentarlo y quienes creen que lo conseguiré. En mi familia hay reticencias-es lógico- pero al final siempre se ponen a mi lado.
El mundo de mi reto no es nuevo para mí, no empiezo de cero, ya tengo experiencia. Desde luego no en reto tan grande, pero sí en otros más modestos. Así que sé de qué va la cosa, con lo que tengo algunos pasos ganados.
Sé que habrá días malos en los que pensaré en tirar la toalla, días en los que el esfuerzo se me pondrá demasiado cuesta arriba, días en los que maldeciré haber empezado con esto, pero también sé que lo voy a conseguir, que llegaré a la meta.
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