¡QUÉ SAN JULIÁN NOS PROTEJA!

Las Ferias y Fiestas de San Julián 2011 nos han demostrado que el equipo de gobierno del ayuntamiento está dedicado a otras cosas y no a trabajar por Cuenca y los conquenses.

Comenzamos con un pregón que fue apenas un suspiro. Probablemente a la pregonera le avisaron sin apenas tiempo para redactar un pregón como los conquenses nos merecemos, porque conociendo la profesionalidad de Marta Belaustegui uno no tiene otra explicación para un anuncio festivo del que casi no nos enteramos.

Tras el pregón vino la cabalgata que, por ser benévolo, diré que fue mediocre y falta de imaginación. Es necesario pensar más en los receptores de ese evento, los niños, que esperan ilusionados el paso del cortejo. Todo el mundo añoró los vistosos pasacalles que otros años adornaron el desfile inaugural del Feria.

Para los conciertos, y sobre todo para el que el gobierno municipal anunció como la estrella musical de estas fiestas, eligieron a un grupo ciertamente minoritario que solo convocó a mil conquenses. No hacen falta más comentarios al respecto.

Y cuando todo estaba a punto de terminar sin pena ni gloria, ni autobús gratuito para acercarnos al ferial, llegamos al último día. La concejala de festejos nos había anunciado que suprimían los fuegos artificiales para reducir el gasto y que  en su lugar nos proponían un gran espectáculo de luz y sonido. Pues nada, allí que acudimos un buen número de conquenses dispuestos a disfrutar de tan magno evento.

El lugar, la Glorieta González Palencia, no parecía el mejor, pero allí acudimos un buen número de conquenses. A las 23:30 comenzamos a ver unas imágenes, ciertamente de mala calidad, repetitivas y mal enfocadas y empezamos a oír una música-pido perdón por el calificativo- “ratonera”. A los diez minutos y cuando la gente allí convocada empezaba a cansarse, por la megafonía se nos informa de que el espectáculo de verdad, el bueno, el gran espectáculo, daría comienzo a las 24 horas. Hubo un respiro de alivio, porque no podíamos ni siquiera pensar que lo que allí veíamos y oíamos pudiera ser el final de las fiestas en honor a San Julián, nuestro Santo Patrón.

Cuando a las 24horas empieza el espectáculo y lo que vemos y oímos es lo mismo que con espanto habíamos visto y oído antes, no nos lo podíamos creer. Un espectáculo falto de imaginación, de nula creatividad, técnicamente mediocre y fatalmente organizado, sustituía a los fuegos artificiales que nunca en la historia habían faltado en el final de San Julián. Abucheos, pitos y deserción en masa fue la reacción del público que allí estaba. Tan solo el alcalde y  los concejales del equipo de gobierno  aguantaron, supongo que avergonzados, hasta el final de aquella cosa que nos vendieron como lo nunca visto.

Tras eso, la mínima traca final de fiesta, cerró unos festejos para olvidar.

Lo ocurrido en el final de fiesta es un ejemplo de falta de profesionalidad y falta de respeto a los ciudadanos que explican bien en manos de qué grupo gobernante estamos. Visto lo visto solo queda pedir a San Julián- del que no se acordaron las mentes creativas del espectáculo de pocas luces y horrible sonido del final de fiesta- que nos proteja.